"THE HOLDOVERS"
La premisa –nada original- es
la siguiente; un profesor solitario y cascarrabias de un prestigioso colegio se
ve obligado a permanecer en el campus durante las vacaciones Navideñas para
velar por los estudiantes que, por alguna razón, no pueden viajar a casa. A los
pocos días solo queda un estudiante –inteligente pero problemático- y junto a
ellos la jefa de cocina, quien decidió quedarse en el internado pues recién atravesó
el duelo por su hijo muerto en Vietnam, y contra todo pronóstico, la
convivencia les llevará a forjar un insólito vínculo característico de las películas
navideñas.
La cinta es dirigida por el
brillante y satírico Alexander Payne, dos veces ganador del Oscar por sus agudos guiones; sin
embargo, en esta ocasión el guion no corre por su cuenta y eso se nota de
inmediato. La cinta carece de toda la magia que suele acompañar los metrajes de
Payne. Resulta más bien plana, predecible y ñoña, vaya, toda la fórmula de panfleto
navideño de hallmark, eso si, la dirección
de cámaras y la edición resultan lo más interesante pues nos remiten a las
cortinillas de las comedias ochenteras y eso irónicamente la mantiene fresca.
Los personajes resultan conocidos;
el profesor gruñón, un tanto snob, con poca ética, y frustrado debido a las
decisiones que tomó en el pasado, caricatura que hemos visto cientos de veces
en manos de Bill Murray, Jack Nicholson y recientemente a Tom Hanks, pero ahora
interpretado –magistralmente, eso si- por Paul Giamatti. El alumno es el típico
joven incomprendido, quien se presenta como problemático pero que realmente
solo necesita palabras de aliento de algún adulto pues evidentemente no las
tiene de sus padres, éste es interpretado por el novato Dominic Sessa (el mejor
de toda la película). Y por último la jefa de cocina cubre la cuota de personaje
de diversidad cultural que, por supuesto proviene de un estrato social
distinto, tiene sus propios traumas y debe salir adelante a pesar de las
adversidades, este cliché recae en la hasta ahora comediante Da’Vine Joy
Randolph. Así pues, todo está dispuesto para que vean una historia sobre
explotada en cintas como “el profesor”, “flores
rotas”, “la clase” y por supuesto referencias evidentes a “la sociedad de los poetas muertos”.
La química entre los tres
protagonistas es evidente, los diálogos fluyen naturalmente y por momentos
resulta bastante digerible, sin embargo, fácilmente cae en un humor lleno de
moralismo innecesario, toda vez que los juegos de palabras que caracterizan los
guiones de Payne no están presentes y en su lugar hay más bien escenas un tanto
forzadas y a kilómetros se nota que esto ha sido filmado buscando entrar a la
temporada de premios, lo que me parece poco arriesgado y una apuesta casi
segura. No está presente la crítica social que suele acompañar a las historias
del director, excepto por la subtrama del hijo de la cocinera, quien ha muerto
en combate en Vietnam y que se encontraba becado en el internado, pero que “curiosamente”
fue el único alumno reclutado por la milicia y que también “curiosamente” era
el único negro en la institución, esa pudo ser la situación más arriesgada pero
que se termina por diluir fácilmente y sin profundizar.
Paul Giamatti no está en su mejor
papel y aun así da cátedra de actuación a más de uno y sin esforzarse logra una
de las actuaciones más alabadas del año, lo que no es un halago, sino más bien
una crítica al hecho de que un papel tan insulso sea de lo más rescatable del 2023
en lo que a actuaciones masculinas se refiere, ¿de verdad fue tan mal año? En el
caso de Da´Vine ocurre algo similar, a mi parecer es una buena actuación a
secas, pero cumple con todos los requisitos para ser candidata a premios –es una
mujer de color, luchona, que en algún momento del film se rompe y con una
fuerza interna avasalladora- y Dominic Sessa ya les decía que es quien
verdaderamente sorprende, pero sorprende más el hecho de saber que fue el único
que no ha sido nominado en ninguna premiación.
Para mí fue como ver un
espacial navideño de la serie “Merli”
si Pol Rubio hubiera sido de familia
adinerada. En fin, una cinta predecible y olvidable y que aun así es la gran
favorita para hacerse de –al menos- dos estatuillas, la de actuación masculina
y actriz de reparto. Mi sugerencia es que esperen a que llegue a alguna
plataforma y la vean la mañana del 24 de diciembre mientras marinan su pavo.
Kone Arrevillaga
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