EL IRLANDÉS
Hablar de Martin Scorsese para mi es hablar de una institución, de un hombre que desde su llegada a Hollywood redefinió el cine actual, un hombre que nos ha dado más de 25 lecciones de como se hace el verdadero cine, un director que en cada década ha plantado grandes obras de arte; en los 70´s nos habló de la contracultura con “calles peligrosas”, “Alicia ya no vive aquí”, “New York, New York”, y la fabulosa “Taxi driver”. En los 80´s nos mostró antihéroes con “toro salvaje”, “el rey de la comedia”, “la última tentación de Cristo”. En los 90´s nos contó historias de traición y poder como “buenos muchachos”, “cabo de miedo”, “la edad de la inocencia”. Para los 2miles nos dio una variedad de historias que van desde westerns “pandillas de Nueva York”, biopics “el aviador” y “el lobo de Wall Street”, fantasía/aventuras “la invención de Hugo”, suspenso “la isla siniestra” y en cada una de ellas ha demostrado su versatilidad como director, productor, en algunos casos guionista y hasta actor, por ello es uno de mis directores favoritos junto con Almodóvar, Allen, Kubrick y Von Trier.
Recuerdo que cuando mi papá me hablaba del “buen cine”, hablaba del Scorsese de los 70´s y 80´s, y ahora sé que era su director favorito y Robert De Niro su actor predilecto, por lo que todas las películas de esa dupla eran un festín para él. Así que para mi, escribrir sobre Scorsese es como hablar de mi padre, un hombre un tanto serio pero con un sentido del humor ágil, sarcástico, un hombre que llamaba la atención a donde quiera que llegaba, un hombre a quien todo mundo quería escuchar, que era querido por muchos pero a su vez persona non grata para otros. Mi padre bien podría haber pasado por un personaje de una película de Scorsese, yo aún pienso que lo era.
Ahora, con el estreno de “el irlandés” me doy cuenta que Martin Scorsese ha madurado, y no solo en el sentido de crecimiento, sino en el sentido literal, un hombre maduro, casi llegando al ocaso, y como ello ha repercutido en su manera de ver la vida y por ende en su manera de hacer cine, “el irlandés” es una película larga, mas no aburrida, tiene el tiempo que se requiere para contar una historia de ese nivel. Su ritmo es pausado, mas no lento, como esos hombres que hablan parsimoniosamente, pensando cada una de sus palabras antes de decirlas. Hay una gran parte de la película que carece de score (de música), pero creo yo porque así es la vida real, no todo el tiempo tenemos música de fondo. Hay silencios, mas no pocos diálogos. La cinta está llena de tomas verdaderamente bien pensadas, cada una de sus escenas sucede por alguna buena razón y ninguno de sus personajes está de más, incluso los actores que salen una sola vez sostienen cabalmente la historia. En resumen se trata de una cinta madura, de hombres siendo hombres (lo que quiera que ello signifique) de hombres confiando, de hombres traicionando, de hombres queriendo dejar un legado a cualquier precio, de hombres asumiendo las consecuencias de sus actos, de hombres que ven al mar de frente y que toman el toro por los cuernos, así como de hombres que prefieren dar media vuelta y evitar hacerse responsables, a sabiendas de que eso será imposible.
La historia narra la vida de Frank Sheeran (un majestuoso Robert De Niro), un hombre que fue veterano de guerra, camionero y posteriormente hombre de confianza y sicario de cabecera de Russell Bufalino (Joe Pesci), para terminar a lado de Jimmy Hoffa (Pacino), un sindicalista que amasó una gran fortuna gracias a sus nexos con la mafia norteamericana.
“El irlandés” es a mi parecer una de las mejores películas de Scorsese y en general una de las mejores películas “de hombres” que he visto; hay traiciones, deseos, acción, asesinatos, extorsiones, un guion de esos que quieres leer hoja por hoja. La historia te atrapa desde el primer tiempo, para el segundo crees que estás entendiendo las motivaciones de sus personajes, para el tercer acto te das cuenta que no sabes nada de ellos y te sorprende la manera en que deciden arriesgarse –o no- frente a ciertas situaciones. El diseño de producción, el vestuario y toda la parte técnica están finamente cuidados y los detalles se notan (pero cuando haces un film de 150 MDD es lo menos que se puede esperar), la música –cuando la hay- resulta un deleite. Vale la pena cada una de sus tres horas y media, y valió la pena haberla visto en el cine, aunque seguramente verla en netflix en su casa con un whisky o dos a lado también será toda una experiencia.
Cuando la vean entenderán la postura del director frente a las cintas de Marvel, en lo personal no tengo nada en contra de ellas, incluso he escrito sobre algunas y hasta las disfruto (no todas claro), pero cuando estén frente a la pantalla viendo “el irlandés” se darán cuenta del abismo que existe entre Scorsese y el MCU, no que una sea mejor que otra, sino que son totalmente distintas. Scorsese ha hecho una película sobre la vida de un hombre en particular, pero bien podría ser la vida de cualquiera que busca sobresalir, que busca dejar un legado, un hombre al que vemos madurar, tomar decisiones equivocadas y querer solventarlas. No hay fantasía no multiuniversos, en lugar de ello hay introspección, arrepentimiento y miradas, muchas miradas, de esas que sin decir nada dicen todo. A su vez, narra el nacimiento de la America moderna y como los gángsters tuvieron algo que ver en los momentos más importantes de tal nación.
Yo he salido del cine con ganas de contarles todo esto, con añoranza de que mi papá aun viviera y comentáramos –usando palabras de él- la chingoneria de película que acabamos de ver. Casi que lo escucho diciéndome “esas sin son películas y no mamadas”, a mí la película me ha encantado de pie a pa (excepto por algunos efectos especiales usados para rejuvenecer a los protagonistas y que dejan un sabor raro en la boca) sé que a mi papá le hubiera gustado, y sé que a ustedes –si les gusta el cine maduro, el cine de historias de gangsters y el cine para meditar- también les gustará. No dudo que veremos los nombres de “el irlandés”, de Scorsese y de esa triada de actores –De Niro, Pesci y Pacino- en todas las premiaciones, y estoy seguro que en más de una ocasión echaremos el discurso ganador de algún de ellos, porque de vedad, es una chingoneria la vean por donde la vean.
Así que si no tienen la fortuna de cazarla en alguna de las salas de cine donde la están exhibiendo, esperen a que sea liberada en Netflix para ponerse cómodos, apagar su celular, servirse un buen trago y disfrutar de una cinta casi perfecta.
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