SPIDERMAN: NO WAY HOME

 

La gente me sigue preguntando mi postura respecto a las cintas de acción. A veces creo que piensan que opino lo mismo que Scorsese o Ridley Scott y a decir verdad, no es así. Si bien, las cintas de super héroes nunca han sido algo que me quite el sueño, una vez estando en la sala de cine suelo pasarla bien. Sé que esperar; guiones predecibles y exceso de imágenes generadas por computadora. Nunca he esperado algo más de una peli de Marvel y eso me ha servido para no decepcionarme. Ya lo dice la MJ de Zendaya "si esperas lo peor no puedes terminar decepcionado".

El caso de spiderman: no way home es muy sencillo, los productores han escuchado a los fans y les han dado lo que desde spiderverse querían. La premisa ya la saben; luego de que Misterio revelara que Peter Parker es spiderman, su vida y la de sus seres queridos cambia para mal, así que Peter decide pedirle ayuda a Dr. Strange para que suelte un hechizo que cambie todo, no obstante algo sale mal y todo se descontrola abriendo portales que permiten... bueno, ya saben... Como ven, no hay un guion potente ni profundo, los super héroes están muy ocupados y el único que sale a cuadro es un Dr. Strange bastante plano en comparación a sus otras apariciones, aquí toda la carne está en un tema;  la nostalgia, y se ha utilizado el multiverso para complacer a todos. Sin embargo, el principal problema es que al querer abarcar tanto incluyendo a gran parte de los villanos ya conocidos, estos han pasado de ser grandes rivales de cintas anteriores, a meros secundarios de relleno a quienes pueden vencer en 25 minutos. Eso claro, no aplica para William Dafoe, quien casi 20 años después vuelve a ponerse el traje del duende verde para demostrar que no se necesitan superpoderes o ser un ser intergaláctico con gemas poderosas para sembrar pánico, basta su mirada penetrante y su personalidad sociópata para poner en jaque al héroe favorito de NY, pero fuera de él, los demás villanos brillan justamente por su falta de carisma.

Aun así, seguramente ud va a llorar, reír y sobre todo gritar con esta entrega que parece más un (buen) juego de un parque de diversiones que otra cosa. Ojo, no es queja, todos sabemos que de eso se trataría. Aquí a nadie le importa el diseño de producción, el vestuario o la dirección de arte. Poco importa si hay planos abiertos o planos secuencia, aquí se trata de saturar la pupila con nostalgia, explosiones y flashbacks mientras retumba la sala en momentos clave que seguramente se terminaran enlazando con la nueva fase de Marvel. Así que no tengo mas que decir sobre la película que al parecer salvará a los cines después de ser azotados por la pandemia.

Eso si, debo reconocer el carisma que tiene Zendaya y la gran química que tienen ella y Tom, a decir verdad, es una dupla que me ha sorprendido, creo que su amor es real y ha crecido desde su primer película y eso se nota en la complicidad que mantienen.

Kone Arrevillaga.