"PAST LIVES"
“Sueñas en un idioma que no
entiendo…” con esta tremenda, apabullante y lacaniana frase se puede resumir “past lives”, ya que ahí se engloba todo; ese deseo inalcanzable por querer entender a quien duerme a nuestro lado, pero
al mismo tiempo la resignación de saber que eso nunca se lograra y, aun así, no
darnos por vencidos y seguir en la búsqueda de esa agalma que llaman amor.
“Past lives” es el debut de la directora coreano canadiense Celine
Song, quien igualmente ha escrito el maravilloso guion basándose en su propia experiencia.
El resultado ha sido una de las mejores películas de 2023 y una de las mejores “what if” en muchos años, y creo que su
éxito radica en varias cosas, pero la principal es la honestidad con la que
está contada, aquí no hay buenos ni malos, no hay traiciones shakesperianas ni tragedias
griegas, “simplemente” hay humanos viviendo y expresando sus sentimientos –con
todos los matices que ello implica-.
La historia cuenta la vida de
Nora (Greta Lee) una chica coreana que al empezar la pubertad migró con su
familia a Canadá, para luego, dejar nuevamente todo e ir a Nueva York para
convertirse en escritora. En ese trayecto conoce a Arthur (John Magaro) y se
casan, no obstante, siempre recuerda a su primer amor, Hae Sung (Teo Yoo), un
coreano que nunca salió del pueblo y que nunca olvidó a Nora. Pero gracias a la
tecnología han logrado encontrarse y retomar contacto, a sabiendas que prender
esa llama puede provocar… bueno, no les digo más.
La cinta logró 2 nominaciones a
la próxima entrega del Oscar –mejor película y mejor guion original- y si la
academia fuera justa también debería haber logrado las nominaciones a mejor
actriz y actor de reparto para los 2 coprotagonistas varones, pues los 3 dan
catedra de actuación. No hay dramas, no hay gritos o llantos desgarradores.
–que hubiera sido el camino fácil-, en cambio hay sollozos, miradas de asombro,
de confusión, hay silencios que te rompen el corazón y frases precisas y
ejecutadas en el mejor momento, hay abrazos y una caminata entre los tres que
desde ya es uno de los mejores planos de todo el año.
Por otro lado, lo que ocurre con
“past Lives” es que genera ese efecto
que todos podemos reconocer; ese “what if”
que ya les mencionaba. Todos hemos tenido ese sentimiento, todos hemos sido
Nora, Arthur o Hae Sung. Todo hemos tenido un crush, o un ex amor, también hemos
sido el amor de alguien, o bien, hemos pasado la noche en vela platicando en la
cama con alguien respecto a nuestro pasado (y con suerte, lo podemos hacer sin
ser juzgados), de ahí que la cinta se sienta tremendamente vivencial aun cuando
no te encuentres específicamente viviendo lo mismo, aun así, vas a recordar con
añoranza eso que fue, o más aun, eso que nunca fue…
Y aunque las cintas de amores
imposibles siempre están en cartelera, muchas veces suelen ser extremadamente
cursis o desgarradoras, pero cada año hay alguna que logra salirse de lo
cotidiano y en esta ocasión es la historia de Celine Song la que sale bien
librada; yo la definí como una mezcla entre “Brooklyn” de John Crowley y “moonlight”
de Barry Jenkins, pues en ambas nos cuentan de esos amores que pudieron ser; de
la primera tiene la química entre los protagonistas y la importancia de
sentirse parte de una comunidad luego de haber tenido que dejar tu tierra de
origen, poniendo en evidencia el fuerte arraigo que los migrantes viven, y que
ello podría ser incluso lo que ata a Nora con Hae Sung, que él si habla esa
primer lengua que ella escucho y ello la hace sentir –tal vez- más cerca de
aquel lugar que dejó, y de la segunda (moonlight)
mantiene ese tono pausado, esas caminatas y luces de una nueva ciudad de la que
nunca se terminan de sentir parte y el final que te eriza la piel, el cual de
inmediato también nos remite a “deseando
amar” de Kar-Wai Wong.
Celine Song le da su lugar al
enamoramiento y a ese impulso por salir corriendo a conocer a alguien, pero también
le da el valor que se merece a ese otro amor –casi siempre ignorado en Hollywood-,
ese amor que queda luego de la pasión, ese amor que, aunque es entre una pareja
se siente como si se tratase de un amigo, ese amor que se da al compartir los
silencios o al estar en la misma casa, pero en diferentes habitaciones y aun así
saberse arropado. Eso es lo que hace grande a esta película, el recordarnos la
riqueza del amor que pocos tenemos la dicha de vivir, el amor de lo cotidiano.
Kone Arrevillaga
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