"OPPENHEIMER"

 

Hace poco alguien me preguntaba si pensaba que Christopher Nolan podría ser el nuevo Spielberg, y sin dudarlo dije que sí, pues al igual que Spielberg, Nolan ha redefinido el cine de ciencia ficción, dándole un lugar en las ceremonias de premios, donde regularmente este tipo de género es dejado de lado, además ambos directores han apostado por arquetipos masculinos que han marcado generaciones; uno con Indiana Jones y el otro con Batman, igualmente han hecho cintas que parecerían encaminadas a la colisión de mundos pero que realmente hablan de la relación de padres e hijos, llámese “guerra de los mundos” o “interestelar”, así que siguiendo el ejemplo de Spielberg con “Lincoln” y “atrápame si puedes”, Nolan se atreve por primera vez a dirigir la biografía de un personaje sumamente arraigado a la cultura gringa y el resultado sorprendente.


La historia narra la vida y obra de Robert Oppenheimer, el físico de origen Judioaleman que encabezó el proyecto Manhattan –el primero en desarrollar armas nucleares- por lo que en pantalla vemos la creación de la bomba más importante jamás concebida y todos los pormenores que hubo para/antes/durante y después de su detonación. De tal manera que Nolan deja un poco de lado la acción y las persecuciones del batimovil para dar paso a un drama de intrigas políticas e intereses ocultos, poniendo en evidencia la estrategia norteamericana de enaltecer a quien le resulta útil y la caída que sufre este Prometeo moderno luego de no comulgar con los intereses de la casa blanca.


Oppenheimer es narrada totalmente al estilo de su director; hay saltos en el tiempo al estilo de “memento” o “Tenet”, por lo que no debes parpadear o te pierdes, además acá todo es magnificente, todo, desde la música de Hans Zimmer, el diseño de producción, vestuario y maquillaje, pero si hay algo que se roba la cinta –hablando a niveles técnicos- es el sonido, de verdad es algo que hace mucho no sentía, con la pura edición de sonido se eriza la piel, te da una ansiedad tremenda y te sientes sumergido en la vida del protagonista, y todo ello gracias a los silencios que de verdad, te vuelan la cabeza, así que desde ya, esos 2 Oscares –sonido y edición de sonido- son para esta cinta ya que no creo vaya a haber algo tan perfecto en lo que resta del año (o de la década!!).


La premisa del conflicto ético por el que se ve atravesado Oppenheimer personalmente me resulta poco creíble; es decir, el tipo estaba creando una bomba nuclear, era la persona con más información y conocimientos respecto a las repercusiones que su invento tendría, además lo hacía para ganar una batalla de egos frente a los rusos y los alemanes, así que poco importaba detener la segunda guerra mundial, acá se trataba de demostrar poderío militar, pero al final –como todo buen mártir- Oppenheimer crea un arma de destrucción masiva esperando que no destruya masivamente nada… ¿es en serio señor? En ese punto creí que perdería el interés pues esa dicotomía entre la moral y su deber como ciudadano raya en el cursi patriotismo americano que suelo repeler, pues no importa el bando en el que te encuentres, ya bien lo decía Freud "la guerra es un fracaso en el desarrollo de la civilización", y Nolan sabe bien que ese aprieto de crear o no el arma nadie lo cree realmente, por lo que centra los conflictos en otro lado, convirtiendo su cinta no en una biografía de 3 horas, sino en un anti cuento del sueño americano, dando como resultado una de las mejores cintas no solo del verano sino de lo que va del año.


En cuestión actoral, lo que ocurre acá es de otro mundo; Cillian Murphy está en su mejor papel hasta ahora, cargando gran peso de la trama de una manera inigualable, por lo que su nominación como protagonista está asegurada. Pero quienes están espectaculares y se llevan toda la cinta son Robert Downey Jr., como Lewis Strauss -el presidente de comisión de energía atómica- quien por fin deja de lado su insufrible actitud de Tony Stark para demostrar la que por mucho es la mejor actuación de su carrera y que desde ya les digo que la nominación es poca cosa, este hombre ya tiene la estatuilla en manos porque no creo que alguien pueda superar sus últimos 10 minutos en pantalla. Lo mismo ocurre con la siempre maravillosa Emily Blunt, quien mantiene un rango actoral propio de las grandes estrellas y que cuando vean la película seguramente se quedaran sin aliento en su escena de “la entrevista”, así que también le deberían dar todos los premios de la temporada.

Posiblemente esta no sea la mejor cinta de Nolan y aun así es fácilmente de lo mejor que se ha estrenado y que ya tiene aseguradas las nominaciones de película, director, guion, música y actor. Toda vez que, si dependiera de mí, ya tendría 4 Oscares ganados; actor de reparto, actriz de reparto, sonido y edición del mismo. Claro, faltan los grandes estrenos de octubre y noviembre, pero por ahora estamos frente a una verdadera bomba en pantalla.


Por otro lado, ya todo se ha dicho respecto a la manera de verla, que si en 35 milímetros, que si en IMAX, que si hay una versión del director de 7 horas… lo que es real es que debe verse en el cine y si tienen una sala IMAX en su Ciudad, es ahí a donde deben ir, sino, pues a una sala VIP por la duración, que si bien son más de 3 horas, realmente solo en una ocasión se siente pesada, pero luego de ello vuelve a agarrar ritmo y cierra de una manera espectacular. En resumen, efectivamente, Oppenheimer es cine.


KONE ARREVILLAGA


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