"TODO EN TODAS PARTES AL MISMO TIEMPO".


 Después de algunos meses de espera, por fin llegó a las salas nacionales “todo en todas partes al mismo tiempo”, la nueva cinta del dúo de directores conocidos como “los Daniels” (“un cadáver para sobrevivir”) con producción de los hermanos Russo (Avengers) bajo la siempre formidable producción y distribución de la casa A24 y protagonizada por la galardonada Michelle Yeoh (la cantonesa de “el tigre y el dragón”, “memorias de una geisha”, “locamente millonarios” entre muchas otras). La verdad es que desde que salió el primer tráiler quedé atrapado y moría de ganas de poder ver este experimento en cines, y lo que puedo decir es que me ha volado la cabeza, tanto que aun sigo pensando en todo lo que quiero transmitir y que seguramente se quedará corto:


Lo primero que hay que saber es que su nombre le hace justicia; inicia como un drama familiar de inmigrantes que querían lograr el sueño americano, pero se quedaron varados a medio camino luchando con el pago de impuestos y lazos familiares cada vez más endebles, sin embargo, a menos de 20 minutos la trama toma un giro inesperado para convertirse en un hibrido de artes marciales, comedia, un homenaje al cine chino americano y muchas referencias a cintas icónicas. Todo ello dentro de una licuadora de 140 minutos que nos mantiene expectantes en todo momento y que nos lleva a multiversos hilarantes, ridículos, filosóficos, tecnológicos y hasta musicales.


Este tema de los multiversos tan de moda gracias a Marvel aquí es tomado de una manera madura, exuberante y nunca vista; de pronto parece que estamos dentro de Matrix, pero al siguiente cuadro estamos viendo “kill Bill” o la ya mencionada el tigre y el dragón, para luego dar paso a diálogos Hegelianos entre dos piedras, -sí, leyeron bien, piedras discutiendo la existencia desde la dialéctica trascendental-. Aquí filosofía es lo que sobra, ya que también se pone en la mesa todo el tema del nihilismo y como este puede convertirnos en una versión totalmente distinta de quien creímos que podríamos ser. Mas aun, este debate sobre si el nihilismo es pesimismo o si incluso, es la teoría detrás de los actos terroristas se pone en evidencia con quien aparentemente es el personaje antagónico, aunque, a decir verdad, nada es lo que parece. Otro tema que resulta pieza angular tiene que ver con la teoría del caos de Edward Lorenz -teoría mejor conocida como “efecto mariposa”- la cual apunta a que todo lo que hacemos, decimos, sentimos o pensamos tiene consecuencias en todo el mundo, pero ¿Qué pasaría si esas consecuencias no solo se quedaran en este plano y permearan a múltiples versiones de nosotros en otros universos? Pues bien, ese es ooootro de los temas que se verán acá.


Así pues, nuestra protagonista Evelyn Quan -interpretada, (como ya les dije) por la increíble Michelle Yeoh- debe lidiar con una lavandería con problemas financieros, una temible inspectora de hacienda (interpretada por la magistral Jamie Lee Curtis), el inminente divorcio que solicita su marido (Jonathan KeQuan) y la ríspida relación que lleva con su hija lesbiana (Stephanie Hsu) y con su papá (la leyenda James Hong -el actor con más películas en la historia del cine-), todo ello mientras debe luchar contra versiones de mas de uno de ellos que varían según el universo en el que se encuentren a fin de rescatar el orden de todo un metaverso donde son tan importantes los seres humanos como las piñatas o las salchichas.



Como pueden leer, el guion es una tremenda mezcla de Tarantino, los dramas de Wong Kar-Wai (ángeles caídos de 1995, happy together de 1997 y deseando amar del 2000) las Wachowski, “celebrity deathmatch”, musicales de bollywood y un sinfín de referencias que van desde ratatouille a adiós a mi concubina para después llevarnos a una gran epifanía de autodescubrimiento. Así pues, la grandeza de la cinta no solo es la historia en sí, sino el hacer que todo eso funcione y salga avante a pesar de ser tantas cosas al mismo tiempo. Y en gran medida esto resulta gracias a la química innegable entre sus protagonistas, especialmente Michelle Yeoh y Jamie Lee Curtis, quienes cada que comparten escena hacen que la pantalla brille y se sienta como una de las duplas mas memorables de los últimos años, por lo que no nos debería sorprender si sus nombres empiezan a sonar para la siguiente temporada de premios, pues ambas -en especial Yeoh- dejan la piel en esta cinta.


Además, la música apabullante de Son Lux, los cortes de edición que no te dejan respirar y el mensaje sobre la reinvención sin importar edad, metas no alcanzadas, sueños rotos o heridas no sanadas. La convierten en una cosa ridículamente potente. Como cereza de este extraño pastel, la importancia que toman las palabras metafórica y literalmente, hacen de esta la mejor cinta estrenada hasta el momento en lo que lleva este 2022.

 

Kone Arrevillaga.




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