LIGHTYEAR
Para estrenos en salas de cine
previos al verano, Pixar apostó por darnos un reboot de uno de sus
personajes mas comercializables; Buzz Lightyear (o como le dice el Sr. Cara de
papa “Buzz yogurt light”. Y después de ver la cinta he tenido sentimientos
encontrados que decidí desenmarañar y dejarles mi “lo bueno, lo malo y lo peor”
que muchos me habían pedido en otras reseñas:
El viaje de introspección que
tiene Buzz a lo largo de la película; si algo caracteriza a las cintas de
Disney/Pixar es que suelen buscar metáforas de autodescubrimiento -algunas
funcionan mejor que otras- y, aquí ese tema se logra sin caer en ridiculeces del
estilo “intensamente”. Nuestro protagonista deberá cuestionarse si su misión
en la vida -su motor durante años- es verdaderamente el camino que quiere/debe
seguir. Tal como lo apuntaba Freud en 1914 en su texto “recordar, repetir y
reelaborar”: “…el analizado no recuerda, en general, nada de lo olvidado y
reprimido, sino que lo actúa; lo repite, sin saber, desde luego, que lo hace…”
y es así que veremos a Buzz “yogurt light” repitiendo la misma misión -y
obteniendo siempre el mismo resultado- durante mucho tiempo, hasta que logra
cambiar su posición en el mundo y con ello dar un giro muy especial en la película,
todo esto, claro, con frases sumamente inteligentes pero nada ñoñas que pueden
pasar desapercibidas a primera impresión, pero para quien se dedica a escuchar
toman un valor fundamental. Pero no solo nuestro protagonista transitará por
este análisis, también su compañera/copiloto deberá posicionarse respecto a su
apellido y todo lo que implica el linaje que le antecede, ese peso por ser el
hijo, hermano, nieto, un peso que suele estar presente en cada uno de nosotros y
que Philippe Julien ya nos adelantaba hace más de 20 años en su texto “dejaras
a tu padre y a tu madre”, solo que ahora el postulado se nos presenta en
forma de animación.
Por último, una de las mejores
cosas es el nivel de los gráficos, pero al tratarse de la casa de animación mas
grande del mundo, esto ya no resulta sorprendente, aun así, se agradece la
calidad, especialmente en lo que respecta a los planos espaciales.
LO MALO:
La continuidad del personaje mismo: Al inicio de la cinta -y desde el tráiler- nos dicen que esta es la cinta que Andy vio en 1995 y por la cual se aficionó a Buzz lo suficiente como para dejar en segundo plano a su amigo Woody. Ahora bien, si realmente es una cinta que existe desde antes de Toy Story ¿Por qué en TS no existen los demás personajes que salen aquí? ¿Por qué Zurg aparece hasta la segunda entrega de la saga? ¿Por qué cuando van a la juguetería solo hay Buzz y no otro juguete en los aparadores, pero en el caso de Woody si tenemos a Jessie y al oloroso Pete? ¿Por qué el juguete de Buzz no incluiría a Sox si es su mano derecha? Mas aún, ¿Por qué Buzz -cuando aún no sabe que es un juguete- no se cuestiona por el paradero de su gatito si éste asiste en todas sus misiones?
La respuesta a todas estas interrogantes
es la misma: esta cinta nunca estuvo considerada y solo responde a intereses que
poco tienen que ver con la saga original. De hecho, podríamos pensar en esta
entrega como un reboot totalmente paralelo no solo al universo de Toy Story, sino
también al mismo universo de Buzz Lightyear, ya que recordemos que en 2000
tuvimos la película “Buzz Lightyear y el comando estelar; la aventura
comienza” donde nos contaron los orígenes del personaje y posteriormente esta derivó en la serie “Buzz Lightyear:
Comando estelar” misma que tuvo dos temporadas entre 2000 y 2002. Pues bien,
todo eso queda barrado vilmente y aquí tenemos una historia diferente donde ninguno de los colegas que vimos en esa serie
aparecen ni remotamente acá.
LO PEOR:
Fácil; personajes secundarios no
solo innecesarios, sino ridículamente idiotas, poco graciosos, pero sumamente
irritantes, que si bien, al final tienen su momento, durante toda la cinta no son
mas que un dolor de cabeza, especialmente Mo Morrison (Taika Waititi) quien
para mi ha resultado una patada en los… bueno, Uds. me entienden, pésimo relleno
para que brille nuestro ya de por si egocéntrico protagonista. Además,
aun con todo ese viaje psicoanalítico que hace Buzz, el guion es plano y con
escenas totalmente predecibles, entiendo que se trata de una película enfocada
el segmento infantil, pero cae en lo predecible desde el minuto 15.
**Por último, algo que no es ni
bueno ni malo… LA escena, si, esa de la que tanto se ha hablado -y que
dura menos de dos segundos-. Para mí, hace todavía más evidente la simpleza del
guion, lo predecible de la trama y como es que se ha tenido que recurrir “al escándalo”
para así poder llevar gente a las salas de cine cuando en realdad el filme
tiene mayores cualidades que un beso. Ojo, que no estoy en contra de este, al
contrario, lo celebro totalmente, pero me resulta triste que le den mas peso a
algo que debería ser lo más natural del mundo y se dejen de lado otros elementos.
Aun así, me alegra que por fin la comunidad LGBT+ deje de ser el jotito bufón,
el villano amanerado o la hermanastra poco agraciada para convertirse en personajes
importantes y representados con dignidad. Lo que me resulta incómodo es que
ello aun sea de lo que se habla y no se pueda vivir como un personaje más, lo
que nos daría verdadera hegemonía.
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