TURNING RED
Después del éxito de cintas como “ROMA”, “dolor
y gloria”, “Cold war” y más recientemente “Belfast”, Pixar ha apostado por la
misma fórmula; usar la infancia del director para crear un cuento
semibiografico, en este caso con el toque de fantasía propio de Disney. Así que en "turning red" conoceremos la infancia de Domee Shi, directora chino
canadiense ganadora del Oscar por su cortometraje “bao”, quien, junto a la productora
Lindsey Collins y un equipo técnico liderado exclusivamente por mujeres nos cuenta
su historia a través de Meilin Lee, una niña que está por dar el paso a la pubertad con
todos los cambios hormonales que eso representa.
La cinta tiene un nicho muy específico; niñas/adolescentes,
no obstante, creo que cualquiera puede sentirse identificado pues todos pasamos por eso a los 13 años. Personalmente les puedo
contar que la vi con mis sobrinas de 12 y 13 años, quienes en todo momento se identificaron,
gritaron, lloraron, me contaban de esa obsesión por grupos o bandas que sus
papás no conocen, de ese chico “de 3ero” de secundaria que les ruboriza y como
-al igual que Mei- quieren ser “mujeres” pero aun quieren coleccionar peluches.
Uno de los grandes temas de “Red” es la metáfora
del cambio biológico, no tienes que transformarte en un panda rojo gigante para
sentirte expuesto o fuera de lugar, he visto como mis sobrinas se sienten
vulnerables por ser demasiado altas o decidir cortarse el cabello y escuchar
que alguien les diga “¿eres niño?”, ser rollizas, lacias, morenas... dentro de estos cambios también se
encuentra la llegada de la menstruación, los olores corporales, la
incomodidad por mirarse al espejo y es algo que veremos en esta cinta como uno
de los principales ejes a desarrollar.
Otra de las vertientes es la relación de madre
e hija y como esta cambia con la llegada de la pubertad. No importa que tan perfecta
hayas sido como infante, el “convertirse en mujer” siempre implica
desencuentros con los padres y específicamente con la madre, y no es que se
dejen de querer, pero todos sabemos que es algo incluso necesario para poder
reeditar la relación madre e hija y hacerla más madura. Bueno, pues todo eso lo
verán en “turning red”, ello sumado a los valores familiares que imperan sin importar
la cultura de la que vengas.
*Esta entrada va dedicada a Camila, Valeria, Frida y Romina; mis pandas rojas favoritas.
Kone Arrevillaga.
Excelente reseña, la descripción de la historia llevada a la vida real de la adolescencia con tu hermana , y ahora con las sobrinas, pone de manifiesto que los ciclos generacionales se repiten irremediablemente con sus variantes.
ResponderBorrarY los típicos aguijonazos en el estómago y en el corazón al ver al chico que te gusta... bueno, de eso nadie está a salvo.
Un abrazo para ti mi querido kone Arrevillaga
🌹