"Titane" & "The power of the dog"
En estos días he visto un par de
cintas que parecen no tener mucho en común más allá de haber sido dirigidas por
mujeres, pero mientras mas pensaba que reseña hacer primero, me di cuenta de las
coincidencias y paralelismos que habitan en ellas y es por eso que decidí hacer
este análisis compartido de “TITANE” y “The power of the dog”. La primera dirigida
por la niña de oro Julia Ducournau, si, la misma que hizo que mucha gente
saliera del cine asqueado con su opera prima “voraz”, y la segunda, dirigida
por la multipremiada Jane Campion. Ambas directoras pertenecen al selecto y
reducido grupo de mujeres que han levantado la palma de oro en Cannes y este
año seguramente Campion se hará con todos los premios, incluido ese merecido Oscar
a mejor dirección, pero vayamos a las reseñas:
La sinopsis de “Titane” podría ser
algo así como “una película de terror queer” con elementos que de inmediato les
harán pensar en “crash” y “la mosca” ambas de David Cronenberg, pero también hay
referencias a “la casa de Jack” de Lars Von Trier -especialmente en la primera
mitad- así que con esa premisa ya sabrán que la cinta pretende ser incomoda, difícil
de digerir y más aún difícil de olvidar. Hay un subtexto poderoso referente al
poder del cuerpo, que como sabemos el cuerpo siempre habla cuando las palabras
no son suficientes, hay escenas de baile que demuestran como un mismo cuerpo
puede significar cosas opuestas según el contexto. También hay un mensaje fuertísimo
respecto a la paternidad y de lo que significa “el ser padre”, concepto tan
usado en psicoanálisis. Además, también hay una línea muy clara respecto a la
masculinidad y la toxicidad de esta, el cómo nos han hecho creer que un hombre
no debe expresar sus emociones y que mientras menos hable es mejor, pero también
pone en la mesa lo incomodo que resulta un hombre afeminado ante los ojos de
otros hombres al grado de evidenciar la homofobia tan permitida incluso en “el
primer mundo”. Y luego, tenemos “the power of the dog”, una historia situada en
la América profunda ambientada en los 20´s donde verán temas muy similares pero las referencias van mas al estilo de "petróleo sangriento" de P. T. Anderson o "el renacido" de Iñarritu;
hombres que fungen como padres y todo lo que esa función representa. Acá también
hay estereotipos e identidades de género que traen consecuencias evidentes. Hay
una protagonista alcohólica y depresiva que nos demuestra que la maternidad
tampoco es algo fácil.
En “Titane” hay bomberos sin
camisa que bailan cuerpo a cuerpo, mientas que en “the power of the dog” lo que
tenemos son vaqueros que se bañan juntos en el mismo rio, en ambas secuencias
se trata de hombres heterosexuales que afianzan esos fetiches respecto a la sexualidad
masculina, la virilidad y la importancia de no flaquear ante los iguales; en
ambas cintas hay un macho alfa, en el caso de “Titane” ese rol recae en el capitán
de bomberos interpretado por el increíble Vincent Lindon -quien se autonombra
Dios- y en el caso de “the power of the dog” esa responsabilidad la tiene
Benedict Cumberbatch, quien funge como hacendado y jefe de vaqueros que lo
siguen sin miramientos -cual Jesús- . asimismo, en ambas cintas encontramos un
personaje que navega en lo andrógino y que sigue sus propios instintos a fin de
salir avante en un mundo que poco entiende cuando se trata de romper
estereotipos de género. Otro tema que se encuentra presente es la venganza
derivada de la sexualidad, hay violencia y sexo, solo que en “Titane” está ahí,
expuesta, a nuestro alcance, casi retándonos y rozando lo gore de tan explicita,
mientras que en la cinta de Campion todo se encuentra velado, es ambiguo,
sabemos que ahí esta y que resulta medular en la historia, pero siempre tenemos
que imaginárnoslo, pues las escenas nunca alcanzan.
Claro que en algún punto giran a
direcciones distintas; “Titane” es impredecible, hay giros en el guion que poco
sabemos en donde terminaran, y el caso de “the power…” es otro, no es que sea
predecible, pero tiene más claro el hilo conductor; hay sorpresas que llegan de
golpe, pero la directora nos deja respirar antes de volver a zambullirnos en el
mar, y Julia no nos da ese chance, es como si su película quisiera ahogarnos o
asfixiarnos. Pero al final ambas nos escupen el deseo de amor, de ser padre, de
fungir como alguien que impone la ley a otro, de tener secretos familiares. Solo
que “Titane” nos satura y “the power…” es pausada, contemplativa, con
escenarios casi poéticos y colores ocre al estilo de nomadland -que seguro le darán la nominación a
mejor fotografía-, mientras que “Titane” es ruda, es punk, es neón. En ambas
veremos mujeres vomitando la maternidad (real y metafóricamente) hombres que
bailan, hijos sin padres, padres sin hijos y duelos que no terminan de sanar. ambas nos muestran la definición de paternidad vista desde una óptica femenina.
“Titane” no es para todos, pero fácilmente se convertirá en una joya de culto. “The
power…” es de las apuestas más fuertes de Netflix para esta temporada de
premios y seguramente ganará al menos un par, especialmente dirección y actuación
masculina. Las dos captan la esencia de un año bastante difícil y si bien su música
es diametralmente opuesta, el resultado es el mismo, poner la piel chinita. En algún
momento la francesa se pierde y tiene errores de edición medio obvios y en el
caso de “the power…” su talón de Aquiles puede ser que de pronto parece
predecible el final, pero Campion lo teje tan lento que resulta imposible no
tener los nervios de punta.
Jane Campion nos da un platillo
cocinado a fuego lento, muy lento (por algo los protagonistas dejan secar
pieles en el filme), y Julia Ducournau nos presenta un plato cocinado a las brasas
(no en balde los bomberos) pero la realidad es que ambos son platos para
saborear. Ambas directoras han dado catedra y han presentado dos de las mejores
películas del año, así que ya saben, corran a buscarlas al streaming porque van
a ser cartas muy sonadas en los próximos premios.
Kone Arrevillaga
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