"DEAR EVAN HANSEN"

 


Llega al cine la historia de Evan Hansen, un musical que ha triunfado en Broadway ganando el Tony a mejor obra y para llevarla a la pantalla se ha contratado a Stephen Chbosky -director de “las ventajas de ser invisible”- y a los escritores Benj Pasek y Justin Paul, responsables de las canciones de “Lalaland” y “el gran showman”, todo ello con Ben Platt, el mismo protagonista que se alzó con el Tony por interpretar a Evan en el teatro. La fórmula parecía suficiente para convertir este estreno en uno de los mas esperados del año, sin embargo, el resultado ha sido un desafortunado metraje lleno de clichés, sentimentalismo barato, actuaciones planas y canciones ridículas.

 

La premisa es la siguiente: Evan es un adolescente inadaptado que sufre de ansiedad y pánico social por lo que debe acudir a terapia y tomar medicamentos controlados, en su escuela coincide con Connor Murphy, con quien tiene un altercado derivado de un malentendido que lleva a Connor a quitarle a nuestro protagonista una carta que se ha auto escrito por indicaciones de su terapeuta. Sin embargo, Connor se suicida y lo único que encuentran en sus pertenencias es dicha carta, por lo que sus padres asumen que Evan era el mejor amigo de su hijo, quien dicho sea de paso está obsesionado con la hermana menor del recién fallecido… ya de ahí en adelante lo que tendremos es una serie de mentiras que van creciendo cual bola de nieve, todo ello por la incapacidad de Evan de hablar con la verdad, y si bien, estamos frente al drama de un joven de 17 años, todo lo que puedo pensar es en la imperiosa necesidad que éste tiene por pertenecer, ya sea a una familia o ante sus compañeros de escuela, por lo que no solo no habla con la verdad, sino que conforme avanza la historia, va creando mas y mas mentiras que por supuesto terminan devorándoselo y lastimando a todo aquel que se encuentra cerca.


De inmediato pienso en la importancia de hablar en voz alta de temas como el acoso escolar, la depresión y ansiedad en estudiantes y claro, el suicidio. Como profesional de la salud considero que dichos temas sean resaltados todos los días, pero siempre claro, con el apoyo o la visión de un experto, y en esta cinta, ese no es el caso, ni siquiera conocemos las motivaciones de Connor para suicidarse, solo nos muestran un par de minutos donde tiene cambios de humor como para dar por sentado que era bipolar o algo por el estilo, también hay diálogos donde lo describen como antisocial y que estuvo en rehabilitación por abuso de sustancias, pero nunca hay algo claro frente a su decisión de terminar con su vida. Por otro lado sabemos que la famosa carta es una tarea que le han recomendado en terapia a Evan, pero nunca vemos alguna de estas sesiones, incluso, la mamá del protagonista ve mas como un gasto que como un apoyo para su hijo dichas visitas, mostrando que la salud no resulta importante para la trama, aquí lo importante es darle peso al drama y a los berridos de Ben Platt mientras canta/llora rolitas insulsas y aspiracionalmente positivas mientras se hace viral en redes para descubrir que de pronto todos quieren ser parte de su circulo gracias a la fama ganada en Instagram. Vaya, que se le da mas peso a sostener una mentira, eso sí, siempre bajo la falsa premisa de que lo hace para evitarle un daño mayor a la familia del difunto… (honey, perdieron un hijo, créeme que el qué dirán o las habladurías de los vecinos no les van a resultar fundamentales), pero aquí vemos como el americano de clase media alta le da más importancia a las apariencias que a atacar de raíz un problema de salud mental que debería ser parte de la agenda pública.


Volviendo a la cinta, hay muchos personajes secundarios, pero todos parecen estar ahí incidentalmente, ninguno tiene peso real o incluso razón de ser, y es una verdadera lastima ya que tenemos a la ganadora del Oscar Julianne Moore y a la eterna nominada Amy Adams en personajes desperdiciados, ambas con canciones tremendamente grotescas y hasta irrisorias (aclarando que esa no es la verdadera intención de la película) y con diálogos que podían ser parte de cualquier video home o película de hallmark Chanel.


Otro desacierto es haber mantenido a Ben Platt, si, si, ya se que él lleva 10 años haciendo ese personaje en teatro, pero cuando él tiene casi treinta años y el elenco que le acompaña tiene entre 5 y 10 años de diferencia, las escenas donde debe compartir con ellos parecen mas bien una parodia, específicamente todo lo que gira en torno a su relación amorosa con Zoé, la hermana de Connor, ya que verle junto a Kaitlyn Dever resultó tremendamente incomodo. Pero más allá del mal logrado maquillaje, creo que lo que mas me molestó fue ese manejo tan insulso frente a la salud mental. Ha habido películas que lo tratan mas solemnemente, incluso el mismo director ya nos había dado “las ventajas de ser invisible” toda una lección sobre el tema, pero al parecer lo ha olvidado y ha optado por un cliché lleno de llantos que al menos a mí me pusieron ríspido. Tan incomodo salí del cine que el chico con el que iba me preguntó si todo estaba bien, él creía que yo iba a decirle que sería la última cita que habría, por lo que tuve que tomar aire, invitarle un café y caminar por el centro de la ciudad para explicarle que nada tenia que ver con él.


He visto muchos personajes de cine que son inadaptados o que tienen algún rasgo de personalidad que los hace posicionarse como víctimas, pero regularmente logro sentir empatía por ellos, tengo claro que Evan está roto por dentro y coincido con que la gente rota rompe lo que tiene cerca (aunque mas allá del divorcio de sus padres no sabemos más de él ni porque también ha tratado de suicidarse o como terminó tomando ansiolíticos) incluso he visto protagonistas que mienten y deben aclarar todo a sabiendas que perderán el amor -desde comedias al estilo de Drew Barrimore en “jamás besada” o actuaciones verdaderamente sorprendentes como Wes Bentley en “belleza americana”- pero no recuerdo haber sentido tanta antipatía frente a una cinta. Y es que el tema con Evan Hansen es que se excusa en su ansiedad y su necesidad de “tener una familia” para manipular a todos a su conveniencia, y cuando es descubierto no se siente mal por haber sido una escoria, simplemente se siente expuesto, dejando en claro que ni Connor ni su familia le importaron nunca.


Todavía no me explico que hizo a la obra tan famosa o premiada, pero la película la sumo a la lista de obras que no debieron salir del teatro como cats, the prom o el fantasma de la ópera.

Así que, en conclusión, si le tuviera que escribir una carta a Evan diría:

 

“Querido Evan Hansen:

Eres el personaje mas patético que he visto en mucho tiempo y casi me arruinas una cita”.

 

Kone Arrevillaga.




Comentarios

  1. Querido kone es cierto, las mentiras sólo son verdades para aquellos que las dicen, pero tener popularidad y ser 'aceptado "en redes sociales, es otra cosa.
    Al leer tu reseña ( siempre tan interesante) admito que vale mas, hablar con la verdad, y tratar los problemas adecuadamente, que dejar que corran como agua sucia. Al ser un film dirigido por Stephen Chobsky, imaginé efectivamente que seria algo por la linea de las ventajas de ser invisible.
    ... Y Kone, no siempre una obra de teatro, es una buena película!
    Excelente tu reseña.
    Un abrazo con mucho cariño!

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