ANNETTE

 


Han pasado casi 10 años desde que Leos Carrax puso a Kylie Minogue a actuar en “Holy Motors” y parecía que no volveríamos a saber de él, por eso cuando supe que preparaba una película con Marion Cotillard y Natalia Lafourcade me voló la cabeza. Pues bien, la fecha llegó y “Annette” se estrenó en salas seleccionadas -En Mérida solo la encontrarán en 2 cines- por lo que mi sugerencia es que busquen la función más cercana y corran a verla.


Carrax, como buen francés es fiel al llamado “cine de autor”, pero en esta ocasión apuesta por un anti musical que pretende ser incomodo y angustiante y lo logra a la perfección, no por nada se llevó el premio a la mejor dirección en el pasado festival de Cannes. Personalmente no recuerdo un musical que me haya provocado tanta inquietud desde la heterodoxa “dancer in the dark”, por lo que solo les puedo decir que “Annette” es todo menos lo que imaginan. Por un lado, tenemos a Henry McHenry (Adam Driver) un standupero neurótico, misógino y egocéntrico que raya en lo silvestre -por algo solo come bananas, cual chimpancé- quien ha alcanzado la fama al ser políticamente incorrecto e insurrecto. Por otro lado, está Ann Defrasnoux (la ganadora del Oscar Marion Cotillard), una diva de la ópera de renombre internacional, frágil, diminuta y refinada que me remitió -al inicio- a una princesa que come manzanas como Blanca Nieves, pero que mientras avanza la cinta veremos que tiene mas similitud con la Reina de dicho cuento y con su amor por los espejos. Juntos forman la pareja del momento en Los Ángeles, sucumben ante el show bizz del que todos disfrutamos (¿?) y engendran a la excéntrica, misteriosa y bizarra Annette, una “niña” que les cambiará la vida.

 


Toda esta historia ocurre en bucles musicales de opera rock que resultan tan desconcertantes como originales y en donde verán que se tocan temas como los celos, la envidia frente al éxito de la pareja, la codependencia, la esclavitud, el deseo de fama y riqueza sin importar las consecuencias. Con Annette, el director nos escupe en la cara verdades que resultan obvias pero que preferimos develar, como el paso del amor al odio, el arma de doble filo que resulta la paternidad toxica, el peso de la muerte y la culpa… como un plus, todo lo anterior se representa en cuadros tan teatrales que de pronto parece que estamos viendo una obra de Chejov -con ruptura de la cuarta pared incluida-.


La cereza del pastel son las irreverentes y ácidas canciones de los hermanos Mael (integrantes de la banda experimental “Sparks”) que dan paso a un guion ágil y mortífero que al menos a mí me mantuvo comiéndome las uñas y a decir verdad me encantaría que alguna de estas piezas lograra premios ya sea a guion o canción original.


Como leen “Annette” no tiene pierde, si acaso su talón de Aquiles puede ser que caiga un poco al final, pero logra salir avante. Y si bien, se trata de una cinta que no es fácil de ver ni para todos lo gustos, les puedo asegurar que no saldrán indiferentes del cine. Además, las actuaciones están brutales, incluso podría augurar que ambos protagonistas estarán en las listas de la próxima temporada de premios, porque los dos dejan la piel ahí. Así que hagan como yo y busquen una sala donde la proyecten y que incluya un buen trago, porque lo van a necesitar -en mi caso Salón Gallos fue la opción-.


Kone Arrevillaga.




Comentarios

Entradas más populares de este blog

"POOR THINGS"

"TODOS SOMOS EXTRAÑOS"

"ANATOMIA DE UNA CAÍDA"