JOJO RABBIT
Cada año, justo en la época de la
temporada de premios vemos una o más películas que hablan de la segunda guerra
mundial, del nazismo, de la lucha por la sobrevivencia, de judíos escondidos en
sótanos y de un largo bla bla bla casi siempre ñoñizimo; desde la lista de
Schindler y “hasta el último hombre” hasta cuentos ridículamente cursis como “la
vida es bella” y “el niño de la pijama de rayas”, aún asó siguen filmándose y produciéndose,
por lo que cada vez pierden mas la gracia. Sin embargo, este año la historia es
distinta, “Jojo Rabbit” cuenta otra perspectiva, la de un niño orgullosamente ario
que sueña con convertirse en el mejor nazi del mundo para ser el guardaespaldas
oficial de Hitler. Tal es su enajenación que incluso fantasea con que el füher
es su mejor amigo, de ahí que acude a un campamento donde le adoctrinan y le “enseñan”
todos los horrores de la raza judía, sin embargo, debe volver a casa luego de maniobrar
mal una granada… ¿queee?!! Si, un niño nazi que odia a los judíos y usa
granadas, y todo eso pasa en los primeros 15 minutos de la cinta. Como se dan
cuenta se trata de un guion diferente, y eso es justamente lo que salva a Jojo
Rabbit, una historia que ya todos conocemos pero contada desde la ironía; aquí Hitler
es minimizado a la parodia y a contar chistes ácidos que de inmediato me
hicieron pensar en mis amigos Ricardo, Alexa y Pavlo, quienes si algo tienen en
común conmigo es su sentido del humor tan peculiar e irreverente, de ahí que
mientras la veía pensaba “ojalá ellos la vean pronto”. En el fondo siempre que
veo películas trato de pensar a quien de mis amistades les gustará, pero con
Jojo Rabbit me desconecté un poco de eso y quien la gozó fui yo. La gocé porque
a mi parecer se trata de algo muy pop, que si bien toca un tema para muchos
triste, lo hace de una manera tan colorida y sin rayar en lo meloso que es
imposible no disfrutarla.
Uno de los mayores aciertos de la
cinta es su elenco; los actores de reparto están bastante bien, especialmente Sam
Rockwell y Thomasin McKenzie quien hace de una especie de Ana Frank, pero sin sentirse
mártir y además está Scarlett Johansson en un papel que nos recuerda al de
Roberto Benigni, pero sin lo insoportable del italiano. Sin embargo, quienes se
llevan totalmente la película es el joven protagonista Roman Griffin Davis y el
increíble Archie Yates quienes generan una química insuperable que me hizo
pensar que difícilmente hay niños actores que me inspiran ternura -tema aparte
la angelical Dakota cuando era una niña- pero de verdad que esta dupla me ha
hecho pasar un rato verdaderamente agradable, dándole a mi fin de semana un
toque de dulzura sin caer en lo meloso. Digamos que Jojo Rabbit es como una rebanada
de pastel combinada con un buen café, hay dulzura y un toque exacto de tragos
amargos que al final nos deja un buen sabor de boca -siempre que no repitas ya
que puedes terminar empalagado-, afortunadamente la cinta concluye en el
momento justo, no pretende alargar nada pues desde el inicio ya sabes en que va
a acabar todo. Si, es ñoña, pero afortunadamente no es “la vida es bella”, si,
tiene drama, pero no es “el pianista”. Es decir, se encuentra en una línea media
y esa es su mayor debilidad; pretende ser sarcástica, pero sin ser políticamente
incorrecta, no se arriesga lo suficiente ya que pretende entretener, no herir susceptibilidades,
por lo que a mi parecer es eso, un rico postre que te deja satisfecho, pero sin
ganas de querer probar más.
De verdad les digo que me gustó, el
guion con todo es tremendamente original y bien contado, el ritmo de la cinta
es bueno y el soundtrack la hace tremendamente rica, ademas nunca se siente pesada y les repito, Roman Griffin y Archie Yates
son un verdadero regalo. Aun así, creo que la nominación de Scarlett a actriz
de reparto está sobrada, en su lugar hubieran nominado a Thomasin, pues desde
mi parecer Scarlett no hace más allá de lo que se espera de ese papel, incluso
Rockwell debería haber sido tomado en cuenta, y ni hablar de los infantes que deberían
haber estado nominados y Archie ganar todo pues hace un papel mas emblemático
que el mismo Brad Pitt en OUATIH.
En conclusión, les puedo decir
que si bien por momentos Waititi usa el humor negro que mis amigos y yo tenemos, por momentos cae en lo convencional pero logra levantarse y dejarnos una
sonrisa en el rostro, porque al final del camino ese es el mensaje, salir de la
adversidad y ver que siempre hay esperanza.
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