ONCE UPON A TIME IN HOLLYWOOD



Érase una vez un hombre llamado Quentin Tarantino, quien creció viendo películas alemanas, italianas, españolas y por supuesto cintas americanas y que llegó a convertirse en un director visionario, de esos que se mantienen fieles a su estilo independientemente del género de sus películas, ya sean westerns o dramas. Un director a quien no le interesa hacer nuevos fans pues tiene un mercado muy específico para quienes filma. Un director con actores y actrices fetiches, soundtracks icónicos, una dirección de arte bien definida, secuencias largas y sangre, mucha sangre. Vaya, su cine es de ese que a los 3 minutos ya sabes que se trata de él.

“Once Upon a time in Hollywood” no es la excepción a la regla, al  contrario, es todo lo que se espera de él; si bien es una cinta que no está dividida en capítulos (como casi todas sus antecesoras), sí hay sangre, hay diálogos sarcásticos e inteligentes, humor negro y música al por mayor. Pero lo que más tiene OUATIH son referencias y homenajes. El mismo Tarantino nos lo había adelantado cuando dijo que esta sería su película más personal, hasta dijo “es mi ROMA”, y supongo que así es, toda la película es un verdadero homenaje al Hollywood de antaño, al Hollywood de Burt Reynolds (de quien según el mismo director, se basó para crear el papel de DiCaprio), de una época entrañable –finales de los 60´s-, donde había chicas a go go al estilo de Sharon Tate, pero también había hippies que protestaban por Vietnam. Y es a ese pedazo de historia justamente al que Tarantino ha querido homenajear, ya que según él, fue la época en la que se enamoró del cine y eso se nota. La dirección de arte y el montaje (al igual que pasó con ROMA el año pasado o con la ñoña pero bien ambientada La La Land) son verdaderas joyas; los locales de los Ángeles, los auto cinemas, la ropa, el estilo de vida, los programas que se veían en la tv, todo está meticulosamente cuidado, desde los cigarros que los protagonistas fuman, las aerolíneas en las que viajan, hasta las latas de comida que le dan a sus mascotas, todo te lleva a una época que seguramente los críticos de Hollywood y todo aquel que haya conocido California en esa época tendrá un suspiro de añoranza.



Del guion como tal no les puedo contar mucho, ya que cualquier cosa que escriba podría spoilearles algo que ustedes deben ver por sí mismos, pero les puedo adelantar que si bien, sale la familia Mansson y Sharon Tate, la historia va más allá de eso. La verdadera historia tiene que ver con un actor llamado Rick Dalton (Leonardo DiCaprio, en un papel donde se luce como solo él sabe y que seguramente se verá reflejado en la temporada de premios) y su doble/asistente/chofer llamado Cliff Booth, (un increíblemente bien actuado Brad Pitt, a quien también estaremos viendo en los próximos premios) y como el primero va llegando a su ocaso y tiene que empezar a aceptar trabajos menores o incluso aquellos que se prometió no hacer (como espaguetis westerns) y como eso afecta paralelamente a su amigo/chofer. Todo mientras Rick tiene de vecinos a Roman Polanski y a su esposa Sharon Tate.



Seguramente no faltará quien diga que hay mucha violencia contra la mujer (aunque a mi parecer es de las películas menos sangrientas del director), tampoco faltará quien diga que los diálogos ya no resultan tan divertidos como en sus primeras películas, incluso no faltará quien crea que se alarga innecesariamente. Lo que nadie podrá dudar es que sí es un gran homenaje a una Ciudad ya clásica por si sola. Así que sí, sí es una película íntima, tan íntima que los verdaderos fans del director (mi amigo Ricardo por ejemplo) la disfrutarán al máximo, pues hay auto referencias a prácticamente toda su filmografía, desde el kung fu, los westerns, hasta los nazis y mafiosos, todo sale en OUATIH, sin embargo, para quienes no conocen todos los trabajos de Tarantino, puede que si la sientan larga, o que no entiendan todas las secuencias. Pienso en “Dolor y Gloria”, la última de Almodóvar, misma que yo como fan gocé enormemente justo por lograr descubrir todos los guiños a sus trabajos previos, y al parecer a los Tarantinoliebers les sucederá así con OUATIH. 
Además todo es a lo grande en este film, los grandes espacios abiertos de los sets, las grandes recorridas en carretera de Los Ángeles, un reparto increíble -más allá de los protagonistas- todos y cada uno de los roles secundarios tiene un verdadero papel en Hollywood; Al Pacino, Kurt Rusell, la siempre increíble Dakota Fanning, hasta la estrella noventera Luke Perry (QEPD), Maya Thurman, Emile Hirsch, Lena Dunham y una larga lista de estrellas, un verdadero desfile al cual resulta difícil no resistirse, siendo difícil parpadear por temor a perderse algún cameo. 
En conclusión, creo que el nombre de la cinta tiene todo el sentido del mundo “Érase una vez en Hollywood” es el comienzo de un muy divertido, entretenido, ágil, onírico y hasta romántico cuento de hadas (al estilo de Tarantino, pero "cuento de hadas" al fin y al cabo).




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