BEAUTIFUL BOY
Basada en el Best Seller de las memorias de David y Nick Sheff, “Beautiful Boy: A Father's Journey Through His Son's Addiction” la primera película Americana de Felix Van Groeningen (“Alabama Monroe”) narra la historia de supervivencia, recaída y recuperación de una familia que lidió con la adicción de uno de sus hijos durante muchos años.
De entrada les puedo decir que Timothée Chalamet en el papel de “Nic Sheff", está espectacular y prueba de ello fue la recién terminada temporada de premios, donde lo vimos nominado en prácticamente todos lados como mejor actor de reparto; desde los Globos de Oro, los BAFTA, los Critics Choice, los SAGs y los Satellite Awards (solo faltó que la Academia lo reconociera) y si bien, todos los premios se los arrebató el políticamente correcto papel de Mahershala Ali en “Green Book”, la verdad es que la actuación de Chalamet es desgarradora; logra transmitirnos esa angustia y desesperación que tiene un adicto cuando “necesita” su droga, así como la euforia y felicidad difusa que logra al obtener la dosis que busca y la ansiedad al mantenerse en abstinencia. A lo largo de la película lo verán demacrado, hospitalizado, perdiendo peso y actuando como lo haría cualquier adicto y como saben, soy enemigo de los spoilers, pero les aseguro que encontrarán al menos tres escenas verdaderamente sorprendentes, donde Timothée demuestra un nivel de actuación que eriza la piel (me recordarán cuando vean la escena del merendero junto a Steve Carrel).
Por otro lado, tenemos a David, el padre de familia interpretado por Steve Carrel y aquí es donde entro en conflicto, ya que a mi parecer Carrel se esforzó tanto por dejar de lado su vena cómica que al final resultó estrafalario, algo pasó que no terminé de creerle y peor aún, no terminé de entender el papel; ¿es un padre activo? ¿Representa realmente la figura paterna? ¿Hasta dónde tiene cabida la función paterna en esta historia? El papel en general me hizo cuestionarme en todo momento el estilo de crianza que éste padre le daba a su hijo y si ese fue o no el detonante de la adicción de Nic. Ya de por sí, hacer una película que habla de la función de un padre frente a la adicción de su hijo es todo un tema, pero aquí quien sale bailando es el director y guionista Van Groeningen, (quien tomó la batuta luego de que le fuera arrebatada a Cameron Crowe) quien se pierde totalmente en su propia idea y termina haciendo una película puritana “basada en hechos reales” perfecta para la televisión, dejando de lado la psicología de los personajes, las lealtades familiares o las motivaciones inconscientes de cada uno de ellos; ya ni pensar en la pulsión de muerte que tocan todos los adictos. No, el director deja de lado esos tamices, limitándose a hacerles un pequeño guiño mediante la libreta de dibujos de Nic y prefiere apostar por lo básico y le da todo el peso de la cinta al drama –a veces innecesario- para con ello tratar de tocar nuestras fibras más sensibles, cosa que en mi caso no solo no funcionó, sino que además hubo más de un momento donde me sentí incómodo y no por que el tema fuera fuerte, sino porque el film termina siendo predecible, redundante y lleno de todos los clichés de películas que tocan el tema de la adicción –incluido el soundtrack nostálgico y las frases de arrepentimiento corta venas-.
Un punto a su favor es que refleja la increíble crisis que tiene Estados Unidos frente al problema de la drogadicción y las consecuencias económicas que padece una familia americana en cuestión de rehabilitaciones. En general pienso que se trata de una historia que ya hemos visto varias y mejores veces, así que creo que pueden esperar a que llegue a alguna plataforma para verla, a sabiendas que lo más rescatable es Timothée Chalamet, el verdadero “beautiful boy” de todo esto.
Espero sigan disfrutando de mis reseñas y me dejen sus comentarios!
Kone Arrevillaga C.
Brillante! Espero verla pronto y contrapuntear contigo
ResponderBorrarExcelente trabajo, kone!!
ResponderBorrarComo siempre un punto de vista acertado y muy analitico!!
Loveiu!!!