BOHEMIAN RHAPSODY


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Empezaré esta entrada diciendo algo que puede sonar a pleonasmo “soy fan de Queen”, y digo pleonasmo porque –a mí parecer- todos hemos escuchado/cantado sus canciones, y eso pasa cuando estas frente a un grupo que es una leyenda, un grupo que ha creado canciones icónicas que escuchamos en todo tipo de eventos, desde bodas, graduaciones, premiaciones olímpicas, tablas rítmicas y hasta en funerales, en mí caso crecí escuchándolos gracias a que mi mamá los ponía a todo volumen. Y es que Queen fue un grupo que se reinventó y pasó por el rock, folk, pop, disco y hasta un ritmo operístico y en todos los géneros logró éxitos sin precedentes, fue un grupo que rompió paradigmas y generó modas que hoy día persisten, y sumado a ello se trata de una agrupación que se encuentra en el salón de la fama.

Con este preámbulo, es difícil no decir o pensar que la película de Byan Singer “Bohemian Rhapsody” nos gustó. Pero ojo, no caigamos tan rápido en tal engaño, si lo piensan un poco la película gustó porque tocó fibras sensibles al mostrar presentaciones clásicas de la agrupación, como la del Live Aid.  Gustó porque nos mostró cómo se crearon al menos tres de las canciones más representativas del grupo y gustó porque vimos looks que siempre se agradece ver, como a Freddy con jeans y estoperoles o el mono plateado, esos looks que han sido copiados por todos sus predecesores, incluso no hay fiesta de disfraces en la que alguien no llegue con alguno de los looks de Freddy Mercury, este año por ejemplo, uno de mis mejores amigos uso el look del video de “i want to break free”. pero si dejamos de lado todo eso, nos encontramos con que lo que nos gustó no fue la película, fueron los recuerdos y la nostalgia por la banda y la época dorada de la música, ya que al centrarnos propiamente en la historia que se cuenta, veo cosas muy distintas a las que ocurrieron; por ejemplo, cómo se cuenta que siendo un cuarteto –más asistentes, managers y demás equipo- en la película nos dejan ver que el único que cayó en excesos (de drogas, alcohol y sexo) fue Freddy, incluso hay un par de escenas en donde están en una fiesta (organizada claro está, por él) y todos los demás integrantes de la banda se espantan de los excesos y se van del brazo de sus respectivas esposas, como si ellos fueran del “frente por la familia”. No hay contrastes en los personajes, todos los integrantes de la banda son buenos y sobrios, a lo máximo que llegan es a levantar una cerveza, Bryan, Roger y John “nunca tocan fondo". Y cuando llega el momento de hacer referencia a los excesos de Mercury resulta que se tocan de la forma mas puritana posible; nunca vemos a un Freddy drogado o a punto de morir por las sobredosis, no, lo máximo que vemos son peleas con insultos bobos e insulsos porque Freddy “llega tarde” a los ensayos, no habla de las recaídas, la rehabilitación a la que todos entraron, los estados depresivos de más de uno de la banda, ni los intentos suicidas de John. Todo parece indicar que Bryan Singer optó por la fórmula más fácil, y acostumbrado a dirigir blockbusters, decidió irse por lo comercial, “por lo que vende"; engañó con lentejuelas y espejitos. Optó por tocar fibras con un par de presentaciones de la banda en festivales importantes y dejó de lado la psicología de los personajes. Vaya, estamos frente a una película al estilo de Hallmark Channel, pero con el presupuesto de X-men. La psicología de todos los personajes, como les dije es básica, o son buenos y soñadores o malos y egoístas, no hay más, como si se tratara de un film de Disney. Todos los conflictos emocionales que pudieron ser un parteaguas en la historia para hacerla más madura y contarnos una visión nueva sobre la leyenda en torno a Queen son resueltos en 2 minutos con una sosa plática y una estrechada de manos. Y claro, también está la sexualidad del vocalista, sexualidad que, si bien no debería ser un tabú, -y menos tomando en cuenta que el director es gay- la película la trata de una manera tan trillada que lejos de ser un homenaje, resulta una burla. Ya saben, siempre en la clandestinidad, no hay una referencia más allá de hombres en leather bajo luces rojas -porque ese cliché homosexual sigue presente en una película del siglo XXI- cuando se trata de la vida sexual de un homosexual no hay diálogos, solo miradas lascivas y cuartos oscuros, nunca se habla de los amores de Freddy, siempre son sombras sin rostro, y cuando hacen referencia a Jim Hutton (la pareja más estable que tuvo Mercury) lo pintan como un mesero que apareció una noche y reapareció para ser invitado a comer con la familia y luego ir a un concierto, cuando todos sabemos que era estilista y fue una relación pasional y que Jim tuvo verdadera voz en las decisiones de Freddy. Y para rematar, Bryan sigue pensando que debe dirigir como lo ha hecho con la saga más famosa de mutantes y entonces crea un “villano”, que en este caso es Paul Prenter (asistente de la banda) y lo lleva a un nivel verdaderamente irrisorio y de pena ajena… Entonces, la película se convierte en la típica biografía rosa que no habla de nada relevante y utiliza 2 o 3 momentos claves para hacernos creer que es especial, nos muestra como Mercury “se acepta” con una dentadura imperfecta para que todos los demás digan “ser diferente está bien”, “ser diferente te hace único” y demás mensajes trillados que sólo funcionan en pubertos del siglo XX, pero que en 2018 resultan innecesarios. Eso sí, con un Rami Malik que si bien, no convence del todo, si logra un par de ademanes y bailes de Freddy que lo hacen bastante rescatable, siendo uno de los pocos aciertos del film.
 
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Así que mi recomendación es: si quieren vibrar y sentir realmente cómo se les enchina la piel, mejor compren un DVD de Queen, o descarguen el “Live Aid” donde participaron y vean esa verdadera magia, esa entrega en el escenario, súbanle el máximo al volumen y dense cuenta porque la música de Queen es atemporal, y porque Mercury es un showman irrepetible y por lo mismo, lo último que necesita es caer en los convencionalismos de una película tan básica y ordinaria como ésta.

En fin, les dejo la sonada presentación de Queen en el Live Aid, nombrada como “la mejor presentación en la historia del rock” y el tráiler de la película para que ustedes decidan si lo que les gustó fue la película o la representación que se hace de este concierto, y como siempre… ¡espero sus comentarios!
 
 

Kone Arrevillaga C.

Comentarios

  1. Interesante, aún así creo que es una parada obligada este para este año, te quiero y amp leerte

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    1. No se si tan obligada, pero ya que la veas me cuentas!. Te quiero!

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  2. Pues habiendo leido tu reseña. mejor no la veo, mejor leo su historia en algun wiki o me siento a osiosear con un video informativo de su historia que hay miles, con cosas falsas y ciertas. gracias por tu recomendeishon y pues esperamos la siguiente.

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